#EUSKNAF18 Junior; Gipuzkoa, campeona masculina en un Bekoerrota abarrotado
TXA PEL DU NAK. Gipuzkoa es campeona de Euskadi y Navarra junior después de derrotar a la selección de Nafarroa por 70-61 en una final que ha roto en un gran tercer cuarto y en la que, pese al arreón final de los visitantes, ha conseguido llevarse la el título.
Los de Alex Astigarraga han jugado un notable primer cuarto en ataque. Han sabido mover el balón con paciencia para encontrar a sus interiores y hacer valer su superioridad en la pintura, con Joseba Azpillaga y Aitor Anabitarte como grandes protagonistas. El pívot del Easo ha sido el gran protagonista de la primera mitad, sobre todo en los momentos difíciles. Porque los ha habido. Hablamos de una final.
Así, en el segundo acto, Gipuzkoa ha tenido una sequía de cinco minutos en la que Nafarroa, a base de transiciones, se ha puesto por delante. Del 20-15 con el que finalizaba el primer acto, a un inquietante 21-25. Pero, tras el tiempo muerto, los nuestros dieron un paso al frente. Primero, dos más uno de Azpillaga. Y después, Anabitarte. Dos más uno tras rebote de ataque, robo, mate… Un espectáculo al que puso la guinda una canasta de trilero (finta aquí, pasito allá) de Enaitz Errasti sobre la bocina de posesión. Gipuzkoa recuperaba el mando para llegar al descanso 33-26.
En la reanudación, Gipuzkoa se ha convertido en un ciclón. El 9-2 de salida no era más que un presagio. Con Anabitarte como líder en ambos lados de la pista (el pívot del Easo ha firmado 21 puntos, 6 rebotes y 24 de valoración), los de Alex Astigarraga lo bordaron en un tercer cuarto para enmarcar. Intensidad atrás, transiciones, y jugadas para el recuerdo como la conexión entre Iñaki Larrea y Martín Dorronsoro, con posterior robo y 2+1 de Garikoitz Olazabal.
El 59-36 dejaba la final muy encarrilada. Nafarroa no se ha rendido, ni mucho menos, y con una defensa presionante ha llegado a ponerse a ocho, 67-59, a menos de dos minutos. Pero un canastón de Garikoitz Olazabal y un taponazo de Aitor Anabitarte terminaban de sentenciar la final. El título se queda en Gipuzkoa ante un Polideportivo Bekoerrota volcado. Un ambientazo que pone la guinda de oro a dos días de baloncesto en estado puro.